Artista plástica y visual, diseñadora gráfica, comprometida con explorar nuevos medios y técnicas para expresar ideas creativas y conceptos artísticos. Estudié grabado con Francisco Cópello, Santiago , Chile.Estofado y engofrado en láminas de oro, taller México.Talleres de acrílico y oleo México.En el 2000 inicia un trabajo colaborativo con la obra Sin Respiro. Con la dirección coreográfica de Elizabeth Rodríguez y la dirección de arte y dirección audiovisual de Carola Sánchez , la dupla ha desarrollando una labor centrada en la investigación y creación coreográfica y en la difusión de la danza contemporánea chilena tanto a nivel nacional como internacional. Umbral de piedra, plomo y colores pesadosLa forma, nacida de las piedras, conserva en sí misma la memoria: un peso primordial, una densidad cargada de historias geológicas. En esta nueva etapa, Luisa Bordas no solo trabaja con el color metal como base, sino que lo transforma en un diálogo vibrante con el color, opacidades y brillo, creando un cuerpo escultórico-pictórico donde la dureza de lo mineral se encuentra con la delicadeza de lo orgánico.En estas pinturas-esculturas, el proceso es tan importante como el resultado. Bordas comienza manipulando el material: corta, pliega y lija el material, dándole un carácter táctil y dinámico. Cada línea y cada torsión es una inscripción en la materia, un gesto que revela su propia historia y su potencial transformador.A este trabajo de manipulación se suma la resina, un elemento que actúa como puente entre lo sólido y lo fluido. Aplicada con precisión, la resina permite capturar y amplificar los detalles de la superficie, añadiendo profundidad y un brillo que sugiere un diálogo con la luz. Esta combinación de materiales –mdf, resina y pigmentos– permite que las sobras de Bordas se conviertan en paisajes tridimensionales donde la textura y el color coexisten en tensión.El color, presente con mayor protagonismo en esta etapa, se aplica capa por capa, mezclándose con la resina para generar opacos, brillos y transparencias que parecen emerger desde dentro del material. Esta interacción no oculta el carácter industrial del plomo, sino que lo potencia, logrando que la dureza inicial de los materiales se transformen en un espacio vibrante y expresivo. En este proceso, el color no solo ilumina el material; lo reimagina, llevándonos a un umbral donde lo mineral y lo humano, lo pesado y lo ligero, convergen.Esta exposición nos recuerda que el arte, como la forma extraída de las piedras, no solo carga con el peso de su origen, sino que lo utiliza como base para imaginar nuevas imágenes, nuevos horizontes. Cada pieza es un diálogo entre la densidad y la ligereza, entre lo inmutable y lo mutable, un recordatorio de que la materia, como la memoria, siempre puede transformarse. DE ALLÁ PARA ACÁEl cuerpo de obra de esta artista opera como una suerte de arqueología del gesto y la materia. Su exploración inicial con piedras intervenidas mediante láminas de oro, empleando técnicas tradicionales de estofado y engofrado —procedimientos históricamente asociados a la sacralidad de las figuras religiosas y que estudió durante su estancia en México—, evoca un diálogo entre lo ancestral y lo contemporáneo, entre lo sagrado y lo mundano.Estas piedras, transformadas por un trabajo minucioso que desestabiliza sus significados originales, se convierten en vehículos de memoria y presencia. Más tarde, la técnica migra hacia otros soportes, donde las piedras se reconstruyen simbólicamente; las láminas de oro son sustituidas en ocasiones por papeles metálicos, un cambio que sugiere un deslizamiento de lo inmutable hacia lo efímero.Finalmente, el proceso evoluciona hacia una deconstrucción radical: la piedra como objeto desaparece para dejar únicamente su forma, transpuesta en nuevos lenguajes y materiales. Este tránsito entre técnicas y soportes no es solo un cambio de medios, sino una interrogación sobre las relaciones entre la materialidad, el tiempo y el acto de hacer visible. En su práctica, cada gesto es una excavación que despliega las capas invisibles del significado. Plastic and visual artist, graphic designer, committed to exploring new media and techniques to express creative ideas and artistic concepts.I studied engraving with Francisco Cópello, Santiago, Chile.Braised and embossed in gold sheets, Mexico workshop.Acrylic and oil workshops Mexico.In 2000 he began collaborative work with the work Sin Respiro. With the choreographic direction of Elizabeth Rodríguez and the art direction and audiovisual direction of Carola Sánchez, the duo has developed work focused on choreographic research and creation and the dissemination of Chilean contemporary dance both nationally and internationally. Threshold of stone, lead and heavy colorsThe form, born from stones, preserves memory in itself: a primordial weight, a density loaded with geological stories. In this new stage, Luisa Bordas not only works with metal color as a base, but transforms it into a vibrant dialogue with color, opacities and shine, creating a sculptural-pictorial body where the hardness of the mineral meets delicacy. of the organic.In these paintings-sculptures, the process is as important as the result. Bordas begins by manipulating the material: cutting, folding and sanding the material, giving it a tactile and dynamic character. Each line and each twist is an inscription in the material, a gesture that reveals its own history and its transformative potential.Added to this manipulation work is the resin, an element that acts as a bridge between the solid and the fluid. Applied with precision, the resin allows surface details to be captured and amplified, adding depth and a shine that suggests a dialogue with light. This combination of materials – MDF, resin and pigments – allows Bordas' leftovers to become three-dimensional landscapes where texture and color coexist in tension.The color, present with greater prominence at this stage, is applied layer by layer, mixing with the resin to generate opaques, shine and transparencies that seem to emerge from within the material. This interaction does not hide the industrial character of lead, but rather enhances it, transforming the initial hardness of the materials into a vibrant and expressive space. In this process, the color not only illuminates the material; reimagines it, taking us to a threshold where the mineral and the human, the heavy and the light, converge.This exhibition reminds us that art, like the form extracted from stones, not only carries the weight of its origin, but uses it as a basis to imagine new images, new horizons. Each piece is a dialogue between density and lightness, between the immutable and the mutable, a reminder that matter, like memory, can always be transformed. FROM THERE TO HEREThis artist's body of work operates as a kind of archaeology of gesture and matter. Her initial exploration with stones intervened by gold leaf, using traditional techniques of embossing and embossing - procedures historically associated with the sacredness of religious figures and which she studied during her stay in Mexico - evokes a dialogue between the ancestral and the contemporary, between the sacred and the mundane.These stones, transformed by painstaking work that destabilizes their original meanings, become vehicles of memory and presence. Later, the technique migrates to other supports, where the stones are symbolically reconstructed; gold sheets are sometimes replaced by metallic papers, a change that suggests a slide from the immutable to the ephemeral. Finally, the process evolves towards a radical deconstruction: the stone as an object disappears to leave only its form, transposed into new languages and materials. This transition between techniques and supports is not only a change of media, but an interrogation of the relationships between materiality, time and the act of making visible. In her practice, each gesture is an excavation that unfolds the invisible layers of meaning.
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